martes, 5 de mayo de 2009

Un jardinero artista da nueva vida a los árboles caidos


Hay vida después de la muerte. Se ha demostrado en el parque del Palacio de la Magdalena, donde de los tocones de los árboles que han muerto emergen figuras talladas. Es una manera de conservar el tocón y de ofrecer obras de arte talladas en madera. El artista es uno de los jardineros de la antigua propiedad real y hoy finca municipal. Quedan pocos de aquellos pinos plantados hace un siglo cuando los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia veraneaban aquó.

La finca es municipal y los jardineros la cuidan con esmero. Tiene 24 hectáreas y en ella hay cientos de árboles. De los caídos o tocados por los temporales, que este año han sido más de treinta, Rogelio Verdeja, de 45 años, natural de Rionansa, arranca figuras que llaman la atención de los cientos de paseantes que acuden a la finca.

Desde el año 2000 Verdeja trabaja para los servicios municipales de jardinería. Modela los tocones con navaja y formón. Su pasión personal desde hace años es trabajar la madera y en su casa elabora figuras y bastones, para su propio disfrute. Ahora ha encontrado en La Magdalena la manera de hacerlo para el disfrute del público, porque varias de sus obras son bancos.

Sillas y pingüinos

Aprovechando la gran rama arrancada de un árbol hizo un asiento. Un sillón con respaldo tallado ha surgido del tocón de un buen aylanthus altísima, de unos 30 años, caído en los temporales del pasado invierno. Del tocón de un pino surge un pingüino y de otro una flor, que ya ha sido maltratada por los gamberros: le ha arrancado algunas hojas. El tocón de un pino de más de 45 años es ahora un banco. De un veterano olmo, junto al minizoo, surge otro banco, muy usado por los paseantes.

«Hasta después de muertos los árboles nos acompañan, forma parte del ciclo natural, de la biodiversidad». La concejala de Medio Ambiente, Carmen Ruiz Lavín, apasionada de la naturaleza contempla agradecida como el jardinero ha conseguida dar nueva vida a los tocones de los árboles destrozados. Rogelio, que forma parte de la brigada de cirugía arbórea y poda de los parques de Santander, simplemente da las gracias por dejarle trabajar la madera de los árboles que cuida.

Los tocones de los árboles cortadosse conservan durante un tiempo para que se descompongan de manera natural. Así se limita la necesidad de hacer aportes externos de nutrientes y se favorece la biodiversidad. Además, bajo el suelo, las raíces de los árboles siguen aportando alimentos a diferentes organismos que, a su vez, son alimento del resto de la cadena alimenticia.

Lo dijo Chateaubriand: «Los bosques anteceden a los pueblos, los desiertos les siguen».

Noticia del 5 de mayo de 2009 del Diario Montanes. Cantabria

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