viernes, 20 de marzo de 2009

Una historia cercana

Inauguro hoy esta sección de historias con la de una persona que he tenido el privilegio de conocer desde hace  años, tantos, como los que he vivido.

Una de las personas que me enseñaron desde pequeña el respeto por la naturaleza. Le agradezco su paciencia, sus historias, los buenos momentos, las risas y las charlas interminables. 

Hace unos días dejaste de estar presente con tu cuerpo en esta tierra, pero que duda cabe que estarás presente siempre en mi recuerdo, en mi corazón y en el de otras personas que te quieren porque el amor no muere.

   Rosa Carmen, una mujer amante de la naturaleza, una mujer inteligente, fuerte, luchadora, con iniciativa, emprendedora, trabajadora, servicial, con un humor pintoresco. Nació en un medio rural y tras vivir algún tiempo en una gran ciudad, decidió regresar a su pueblo. Un pueblo pequeño, en una zona que año tras año se ha ido despoblando, un pueblo de la provincia de Córdoba. Una zona grande en extensión pero pequeña en población. Ella ha sido una de las personas que decidieron quedarse a vivir en su pueblo y que poco a poco ha ido viendo como las personas mayores se van y las casas se quedan más vacías.

Ella ha sido una luchadora nata y ha realizado diversos trabajos. Una mujer incansable, que vivía acorde siempre se había vivido. Hacía su leña para el invierno, cultivaba su huerto, tenía sus gallinas, sus animales (los cuales era incapaz de causarle ningún daño), hacía sus conservas, su vinagre… La podías ver un día trenzando con cuerda una silla como haciendo un injerto en uno de sus frutales. Le gustaba hacer las cabañuelas, mirar el cielo, observar los nidos de los pájaros. Recogía los animales que se encontraba abandonados o les daba de comer.

Le gustaba leer, oír música, la radio, sentarse al calor de la chimenea y atizarla, calentar su comida en la hornilla y el agua en el puchero. Una mujer culta, dinámica, con una letra preciosa, pulcra y bien cuidada, le gustaba escribir.

Una mujer de ideas claras, que llamaba a las cosas por su nombre, sincera, sin medias tintas. También solitaria, Rosa era ella misma.

A Rosa se la llevó la brisa, nos cogió por sorpresa, vivió en solitario su enfermedad, a su manera. No quería preocupar a los que la querían y espiró con la esperanza de volver a salir a coger espárragos esta primavera. Ella quiso vivir a su manera y sólo podemos respetar su decisión aunque ahora nos sintamos impotentes y tristes por no haber podido hacer nada. Al menos, tengo la satisfacción de haber pasado unos ratos extraordinarios con ella, de haberle ofrecido una sonrisa en sus momentos malos, de haberle llevado calor cuando quizás sentía frío.

Todavía tengo la sensación de que cuando baje al pueblo veré su puerta abierta y saldrá a decirme “Ana, ¿donde vas?, he cogido unas naranjas, pásate a por ellas cuando quieras”, de que cuando me asome a su huerta la encontraré allí trapicheando entre las tomateras o de que la veré con un gran manojo de espárragos bajo el brazo.

Sé que este Cerro era tu lugar preferido y que yo estoy aquí porque un día tú me hablaste de este lugar. Tú me dijiste dónde se encontraba y que podía ser lo que yo buscaba. Es evidente que encontré un lugar especial, y en este lugar, al día siguiente de tú irte, plantamos varios árboles en tu nombre, sabemos que a ti te gusta la idea y que desde donde estés habrás sonreído.

No tengo un pueblo para dedicarte una calle, pero si tengo una tierra donde dedicarte un rincón y ese rincón lleva tu nombre “El rincón de Rosa”. Y también tengo un corazón para dedicarte mi recuerdo.

Dedicado a Rosa Carmen Arellano Figueroba, una fiel seguidora de la Naturaleza

 

Hasta siempre y gracias

3 comentarios:

  1. Gracias Ana,me encantaia poder ponerme en contacto contigo para saber mas sobre esa iniciativa del rinon de rosa.Por favor solo dime como,un gran saludo. Elizabeth Romero Arellano.

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  2. Ana me llamo Casimiro Arellano Moreno , mi tia se fue y se llevo mi amor pero se quedaron sus olores y recuerdos . No se a que cerro te refieres de la aldea de mi Abuelo Casimiro y mi Abuela Estrella . Me gustaria conocerlo y llevar a mi hija Estrella a enseñarle esos Arboles . De ese modo podre esplicarle quién fue su Tia y enseñarle a amar la naturaleza como me enseño a mi mi tia .
    GRACIAS POR TUS PALABRAS , y el amor que le has dedicado a mi tia .

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  3. El cerro al que me refiero se llama Cerro Caña y es una finca que está a kilómetro y medio de Posadilla. Allí es donde tengo unas casas rurales y un centro de educación ambiental. A través de este blog, como de otro que he abierto seguré dando información sobre esta iniciativa de plantar árboles, al igual que iré poniendo fotografias de lo que vaya haciendo en el rincón que le dedico a Rosa. Podeis visitarme cuando querais y plantar si os apetece. Podeis poneros en contacto conmigo en el email: cerrocanya(arroba)gmail.com

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